La Supercopa de España vuelve a estar en la picota. Esta vez no es por las comisiones millonarias destinadas a Gerard Piqué y Luis Rubiales, ideólogos del traslado de la competición a Arabia Saudí, ni por la falta de ambiente que afecta a algunos de los equipos en Yeda. “No tiene ningún sentido que juguemos en Arabia. Es una lástima porque un partido tan atractivo como este, si se hubiese jugado más cerca, habría llenado el estadio con muchísimos aficionados nuestros”, protestó Iñaki Williams tras la derrota frente al Barcelona en la semifinal.
