“Todo lo que yo sé sobre el pasado, el futuro, y sobre todo el presente de la familia Panero, es que es la sordidez más puñetera que he visto en mi vida”, le dice Michi Panero, el torturado, hermoso y dicharachero hijo de Leopoldo Panero, proclamado poeta del régimen (franquista), a Miguel Rujas, encuadernador de Carabanchel. El hombre enseña a Michi a cocinar unas migas extremeñas mientras los dos se emborrachan despacio con un vino en la mesa de la cocina. “Oye, Miguel, podemos hablar en confianza, ¿no? Mira: ser tan emocional es de pobre, es de clase intelectualmente baja, es mucho mejor guardarse las emociones y cubrirte un poco. ¿A vosotros no os enseñan a cubriros?”.
