La productividad en el mundo es, por mucho, uno de sus engranajes más vitales, ligada principalmente al crecimiento y la evolución de las naciones. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, el crecimiento global se situó en 3,2%, lo que si bien habla ya de una estabilización pospandémica, también proyecta rasgos de una baja productividad en los entornos profesionales y laborales.
