Fadwa Qamhia toca el contrabajo, se gana así la vida, reside a caballo entre Montpellier y Berlín… y es palestina. Esto último, su origen, es lo que convierte en “un milagro” —son palabras suyas— la gira que la va a llevar a ella y a otros cuatro músicos palestinos por escenarios de todo el archipiélago canario, liderados por el violinista Michael Barenboim (París, 1985): “Sin él, esto no habría sido posible o habría tardado años en concretarse”, afirma, y continúa razonando: “Con el trauma, con las dificultades que afrontamos, ver un músico palestino que alcance la excelencia y el éxito ¿qué otro nombre merece? Milagro”.
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