La subida descontrolada de los precios ha amainado, pero la tendencia sigue al alza. El índice de precios al consumo acaba el año con una variación del 2,8% en diciembre, según los datos provisionales publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un resultado que combina tanto las fluctuaciones que se trasladan en origen, por ejemplo en los precios de las materias primas, como las turbulencias internacionales o las decisiones adoptadas internamente. En este último caso, en la recta final del año han dejado su huella las progresivas retiradas de las medidas que se pusieron en marcha para mitigar la escalada inflacionaria, muchas dirigidas a contener el encarecimiento de los alimentos y la electricidad, dos rúbricas que golpean de forma más incisiva los bolsillos de quienes menos ganan. Eso hace que la inflación haya repuntado cuatro décimas respecto al 2,4% de noviembre, aunque se sitúa sensiblemente por debajo del 3,4% que marcó en el primer mes del año que ahora acaba y del pico máximo anual del 3,6% en el mes de mayo.
