En su libro, Brooklyn Follies, Paul Auster definía un hotel como fortalezas que protegen de la miseria y las mezquindades de la vida cotidiana, la representación de un mundo mejor. Si a esta tesis de Auster, sustituimos un edificio estático por un tren de 1923 en movimiento, tenemos el Transcantábrico, uno de los 14 trenes de lujo que circulan por el mundo. Un legendario tren que, junto al Costa Verde Express y el Al Ándalus, conforman las tres opciones que ofrece Renfe en este escaso mercado.
